La marca de Ivrea fue un gran marquesado fronterizo en el noroeste de Italia que existió durante el siglo X. Su capital fue Ivrea y estuvo gobernada por una familia de margraves borgoñones llamados Anscárides. Esta marca fue la principal frontera entre Italia y Francia y sirvió como protección ante la injerencia de cualquiera de los países en el otro.

División de la Marca de Ivrea en el siglo X

La marca fue fundada para Anscar en 888 por Guido de Spoleto, el recién elegido rey de Italia. Anscar y su familia habían sido uno de los principales soportes de Guido en su intento por ser nombrado rey de Francia. El territorio inicial de la marca consistía en Piamonte y la mayor parte de Liguria con los condados de Acqui, Alba, Asti, Bredulo, Auriate, Turín, Ivrea, Vercelli, Pombia, Stazzona, Bulgaria, Lomello, Savona y Ventimiglia.

La fortuna de los Anscari creció hacia la mitad del siglo X hasta que el margrave Berengario llegó a ser rey de Italia junto a su hijo.

División de la marca de Ivrea

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Pero la ambición de Berengario le llevó a enfrentarse con casi todo el mundo. En 941 el rey Hugo de Arlés aprovechó que Berengario estaba huido para entregar al conde Arduino il Glabro la marca de Turín; después, un Arduino agradecido le protegió en su marca cuando Berengario usurpó el poder. A consecuencia de las guerras que provocó Berengario, el emperador Otón I intervino en Italia en 951, permitiendo a Berengario mantenerse como rey de Italia a cambio de que se reestructurase la frontera norte. La marca de Ivrea fue dividida y de esta forma se controlaba más el poder de Berengario al poner parte del territorio en manos de familias franco-germanas: la marca de Liguria oriental fue entregada al conde Oberto; el conde Aleramo de Savona recibió la marca Aleramica y Arduino fue confirmado en la marca de Turín.

La marca de Ivrea no desapareció tras esta división, siguió existiendo en toda su mitad norte, con el nombre a veces de marca Anscárica, en recuerdo de sus fundadores. El propio Berengario se quedó este territorio como feudo personal. Pero Berengario continuó enfrentándose a todo el mundo y Otón I entregó el marquesado de Milán al conde Oberto en 961, reduciendo la marca a los alrededores de la ciudad de Ivrea y ratificando definitivamente a los otros condes en sus posesiones.

Finalmente, en el siglo XI la marca quedó vacante, y el emperador Conrado II decidió no nombrar un nuevo margrave. Desde entonces la marca se disgregó en pequeños condados, obispados y ciudades libres que luchaban constantemente entre ellos para mantener su independencia o aumentar su poder.

Gobernantes de la Marca de Ivrea

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Fuentes

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  • Wickham, Chris. Early Medieval Italy: Central Power and Local Society 400-1000. MacMillan Press: 1981.