Iconografía de Alejandro

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La iconografía de Alejandro es extensa e incluye pinturas, mosaicos, estatuas en bulto redondo de todas las dimensiones, figuras en relieve, monedas y gemas talladas. La mayor parte de las obras originales han desaparecido, aunque se conservan numerosas copias, sobre todo escultóricas, aunque también alguna pictórica, como el llamado mosaico de Issos.

Mosaico de Issos, reproducción en la Casa del Fauno de Pompeya (siglo I a. C.) de una pintura de Filoxeno de Eretria datable hacia 315 a. C. (pocos años después de la batalla de Issos -333 a. C.-) Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
El llamado Alessandro morente ("Alejandro moribundo")[1]​ descubierto en Roma a comienzos del siglo XVI y conservado en la Galeria degli Uffizi (Florencia) desde finales del siglo XVII. Aunque sea probablemente de la época helenística o posterior, se creyó la obra de Lisipo por identificarlo con la descripción de Plutarco.[2]​ La atribución se refutó, pero todavía se mantienen todo tipo de conjeturas sobre la pieza. Fue de enorme influencia en el Cinquecento y el Barroco. La mirada al cielo y el movimiento espiral ascendente (la llamada serpentinata o "curva de la belleza") se imitaron repetidamente: el Esclavo moribundo de Miguel Ángel, el Apolo del Parnaso de Rafael, la Asunción de la Virgen de Tiziano y otros ejemplos en Guido Reni, Domenichino o Bernini, hasta convertirse en un arquetipo para las representaciones de santos martirizados[3]​ y Madonnas extasiadas.[1]

Su constante emulación por los gobernantes greco-romanos posteriores creó una amplia demanda de tales copias, o de obras nuevas con su figura, de modo que Alejandro Magno se convirtió en el personaje histórico griego más representado en el arte.[4]​ Muchas de ellas, especialmente las que circulaban como antigüedades en el siglo XVII, eran atribuciones apócrifas. Había, según la tradición, tres retratos de Alejandro: el "Alejandro moribundo" (Alessandro morente)[1]​ descubierto en Roma a comienzos del siglo XVI y expuesto en los Uffizi de Florencia desde finales del XVII, el "Alejandro y Bucéfalo"[5]​ de la romana piazza del Quirinale, y el "Alejandro sostenido por un soldado".[6]​ Los tres fueron posteriormente rechazados. La "herma Azara"[7]​ expuesta hoy en el museo del Louvre era la única pieza que se identificaba por una inscripción, y no se halló hasta 1779 (en Tívoli). Era común confundir la imagen de Minerva con la de Alejandro: dos bustos de pórfido importados a Francia fueron el "Alexandre-Richelieu" (inspirado en la Minerva Giustiniani)[8]​ y el "Alexandre-Mazarin".[9]Luis XIV poseía cinco "Alejandros". Cristina de Suecia compró dos cabezas "viriles" de Alejandro; una de ellas, de bronce, se hacía pasar por original de Lisipo, la otra, de mármol, era copia del "Alejandro moribundo" que poseían los Médicis.[10]

El contraste de fuentes literarias y arqueológicas ha permitido establecer con alguna precisión la secuencia de los retratos originales de Alejandro. El primero de ellos le fue encargado al escultor Leocares (quien ya había empleado con maestría su arte al servicio de la glorificación del poder en el Mausoleo de Halicarnaso) por su padre Filipo II de Macedonia hacia el 340 a. C., cuando el retratado tenía 16 años y había acabado su formación intelectual con Aristóteles. Se caracteriza por rasgos de efebo con los que el rey de Macedonia quería identificar a su heredero con la civilización griega: barbilla redondeada, mejillas planas y cabello rizado y alborotado con anástole (abultado sobre la frente). Poco después se encargaron al mismo Leocares las esculturas crisoelefantinas de la familia real para el tholos de Filipo en Olimpia (el Philippeion); y a Eufránor un grupo escultórico de Filipo y su hijo en cuadriga, conmemorativo de la batalla de Queronea (338 a. C. -por entonces acababa de cumplir Alejandro 18 años-).[11]​ Posteriormente, los retratos de edad adulta que realizó Lisipo mantuvieron el aspecto juvenil del retratado (no tuvo oportunidad de envejecer, pues murió antes de cumplir 33 años), pero le marcaron más los rasgos faciales, y a menudo le dispusieron con la cabeza ladeada hacia la izquierda, mirando hacia arriba, con los labios entreabiertos.[12]​ Menos objetivos, pero repetidos tópicamente, son los calificativos con los que se describe la expresión, especialmente la mirada a la vez "ardiente" y "líquida", que dotaba a las imágenes de un aspecto a la vez "tierno", "suave", "viril" y "leonino" al que contribuían mirada, postura y cabello[2]​ (lo que es una comparación iconográfica con Heracles -vencedor del león de Nemea-, a cuyo linaje se pretendía remontar).[13]​ Se ha destacado que el escultor trasformara un defecto físico, que obligaba al retratado a mantener la cabeza sensibilmente reclinada hacia un lado, en una bella pose en la que miraba al cielo en "un mudo coloquio con la divinidad".[14]

De Lisipo fueron el desnudo heroico de Alejandro con lanza (o Alejandro en la palestra,[15]​ ca. 330 a. C.) y el monumento del Gránico (posterior al 334 a. C.), donde se le representó a caballo;[16]​ además de otras obras realizadas tras la muerte del rey (323 a. C.), como el grupo escultórico de Alejandro y Crátero cazando un león, de dimensiones colosales, en Delfos.[17]

En el papiro de Milán[18]​ se conserva un elogioso poema de Posidipo:[19]

Lisipo, escultor de Sición, mano osada, artesano docto,

tu estatua de bronce tiene la mirada de fuego en sus ojos,

esa que hiciste en la forma de Alejandro. Los persas no merecen

reproches. Hemos de perdonar a las ovejas que huyen ante un león.

El joven macedonio, que al poco de heredar el trono (336 a. C.) condujo a los griegos a conquistar el imperio aqueménida convirtiéndose en el monarca más poderoso de su tiempo, entendió que sus retratos eran un excelente mecanismo de escenificación del poder político, y los utilizó conscientemente durante su reinado, poniendo gran cuidado en controlar su imagen: Plinio el Viejo[20]​ recoge que, a partir de un determinado momento, no consintió ser retratado nada más que por Lisipo en bronces, por Apeles en pinturas y por Pirgoteles en gemas incisas (glíptica). Tras su temprana muerte la reproducción de su imagen siguió siendo utilizada en su propio beneficio por los monarcas helenísticos, teniendo una gran influencia en el arte de ese periodo y de los posteriores, en Occidente a través del arte romano y en Oriente a través del arte greco-indio.[21]

En cuanto a la divinización (apoteosis) de Alejandro, sucediera antes o después de su muerte,[22]​ tuvo reflejo artístico en su asociación con la iconografía de distintos dioses (Amón, Zeus, Helios, Pan o Apolo).

El proyecto más extravagante de utilización de su imagen lo concibió Deinócrates (también llamado Estasícrates), que propuso fundar una ciudad en la mano de una estatua colosal tallada sobre el Monte Athos. El propio Alejandro rechazó emprender las obras, por no caer en la arrogancia de Jerjes: "Deja que el Athos permanezca en su lugar; pues basta con que sea recuerdo de la hybris de un solo rey; a mi me señalarán el Cáucaso, los Emoda [cordillera del Himalaya], el Tanais [río Don] y el mar Caspio; esas son las imágenes de mis hazañas".[2]

Aunque la idea de retrato fisonómico como alternativa a la representación de una figura ideal (realismo en el arte frente a idealismo en el arte) surge en Grecia a finales del siglo VI (grupo escultórico de los tiranicidas Harmodio y Aristogitón), y continúa en algunas obras del siglo V (incluyendo el polémico autorretrato de Fidias) y el IV, sobre todo en la Atenas entre 380 y 330 a. C. (donde se levantaron monumentos a personajes célebres del pasado, de facciones individualizadas, pero imaginadas), el concepto es mucho más propio de la escultura helenística, sobre todo fuera de Atenas, donde se impone un dramatismo expresivo.[23]​ La técnica del retrato helenístico fue atribuida por Plinio el Viejo a Lisístrato de Sición, hermano de Lisipo, quien habría por primera vez sacado sobre su propio rostro un molde en yeso que luego, pasado a cera, retocó hasta obtener la mayor perfección en el parecido.[24]

El llamado "Alejandro de la Acrópolis", retrato juvenil de Alejandro hallado en la Acrópolis de Atenas, cerca del Erecteion, copia de un original atribuido a Leocares (en cuyo caso sería una copia del primer retrato oficial, hacia el 340 a. C.)[12]​ o a Lisipo (en cuyo caso la cronología sería posterior, hacia el 336 a. C.) Museo de la Acrópolis.
El llamado "Alejandro Rondanini", que formaría parte de un grupo escultórico, encargado a Eufránor tras la batalla de Queronea (338 a. C.), en el que se representa a Filipo de Macedonia conduciendo una cuadriga a la que se dispone a subir Alejandro, su joven hijo (tenía entonces 18 años). Gliptoteca de Múnich.[25]
Monedas de Alejandro (336-323 a. C.). Museo Arqueológico de Pella.[26]
Estatuilla que reproduce el retrato de Alejandro con lanza (doryphoros) o Alejandro en la palestra,[15]​ de Lisipo (ca. 330 a. C.), conocido por fuentes literarias (Plutarco),[2]​ y que, con el precedente del Doríforo de Policleto (incluso de los bronces de Riace, algo anteriores), fue imitada en la estatuaria helenística y romana (el Thermenherrscher,[27]​ la estatua de Treboniano Galo) y en la renacentista (Carlos V dominando al Furor). La copia procede del Bajo Egipto, y estaría en relación con la divinización y culto a Alejandro en el Egipto ptolemaico. Según la descripción de Plutarco,[2]​ la estatua, de pelo "leonino", dirigía al cielo una mirada fulminante,[28]​ y un epigrama inscrito en la base de la estatua proclamaba: "bajo mi influencia [o bajo el pie] tengo la Tierra, tú ¡oh Zeus! quédate con el Olimpo".[29]​ La estatuilla ha perdido la lanza que sostendría con la mano izquierda y la espada que sostendría con la mano derecha (en la descripción de Plutarco, la estatua de Delfos tendría "una lira en una mano y una lanza adelantada"). Tiene huellas de haber estado coronada con algún tocado de tipo egipcio, lo que, de corresponderse con el aspecto de la estatua original, abonaría la tesis de su localización en Alejandría (la ciudad fundada por Alejandro en 332 a. C.), mientras que la tesis alternativa sostiene que se hizo para el templo de Artemisa en Éfeso, donde Alejandro consagró su lanza tras la batalla del Gránico, y donde, según Plinio el Viejo (Naturalis historia, XXXV, 92), se localizaba una pintura de Apeles que representaba a Alejandro sosteniendo un rayo (atributo de Zeus).[30] Museo del Louvre.[31]
Retrato de Alejandro de tipo herma, llamado Hermes Azara, hallado en Tívoli. Copia de época romana en mármol pentélico sobre la cabeza de un cuerpo entero en bronce original de Lisipo (el Alejandro con lanza). Museo del Louvre.[7]
Cabeza de Alejandro en mármol de Paros a tamaño natural, siguiendo el prototipo original de Lisipo. Procedente de Megara, parece ser parte de un grupo escultórico que incluiría además las figuras de su compañero Hefestión, una diosa, Heracles, un flautista y varios personajes más (así como aves y otros animales) en una escena sacrificial para el monumento funerario de un cortesano que procuró de este modo asociarse con Alejandro. Ca. 320 a. C. Entre las múltiples posibilidades propuestas, se ha propuesto identificar la tumba de Anfípolis como un monumento a Hefestión. Getty Villa.[32]
Fragmento (de 8.9 x 5.1 x 3.8 cm, en alabastro o mármol) de una estatuilla con orificios donde probablemente se alojaba una diadema de oro como emblema del dios Helios. Datable hacia el 100 a. C., sería copia de un original de Lisipo. Museo de Brooklyn.[33]
Cabeza de mármol procedente de Giannitsa.[34] Museo Arqueológico de Pella.[26]
Alejandro como Helios, copia romana de un original helenístico del siglo III o II a. C. Museos Capitolinos.
Busto de Alejandro, procedente de Alejandría, siglo II o I a. C. British Museum.[35]
Retrato de Alejandro o de Mitrídates VI, llamado l'Iponos (se identificó con el río Iponos), hallado en la isla de Delos. La técnica de encastrado le identifica con otras obras clasicistas de los talleres cicládicos (Venus de Milo). Finales del siglo II a. C. Museo del Louvre.[36]
Copia de un retrato de Lisipo, procedente de Alejandría. Gliptoteca de Copenhague.
Copia de un retrato de Lisipo, del llamado "tipo Schwarzenberg", ca. 330 a. C. La estatua original representaría a Alejandro como un militar victorioso, con lanza y escudo. Gliptoteca de Múnich.[25]
Busto de Helios, con rasgos similares a Alejandro, primera mitad del siglo II a. C. En la periferia de la cabeza se hallan agujeros para insertar los rayos de metal de su corona. Se presume que sea una copia o alusión al retrato de Lisipo. Museo Arqueológico de Rodas.
Relieve del llamado "sarcófago de Alejandro", finales del siglo IV a. C., que representa a Alejandro en la batalla de Issos. Museo Arqueológico de Estambul.
Estatuilla ecuestre de 49 cm conservada en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que posiblemente sea una reproducción a pequeña escala de la escultura ecuestre de Alejandro que Lisipo incluyó en el monumento del Gránico, junto con las estatuas de bronce -entre 25 y 34 figuras, algunas también ecuestres- que conmemoraban a los griegos allí caídos (batalla del Gránico, 334 a. C.)[16][37]​ Hallada en Herculano en 1762, se realizó una copia por Antonio Reder que se llevó a Madrid para Carlos III, y que hoy se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.[38][39] Museo Arqueológico Nacional de Nápoles
Estatuilla ecuestre de 13,5 x 3,5 cm del "tipo juvenil Alejandro" procedente de Begram. Museo Nacional de Afganistán.[40]
Mosaico de la caza del león. Alejandro (a la izquierda, con lanza) da caza a un león asiático auxiliado por su amigo Crátero (a la derecha, con espada). Sería una reproducción bidimensional, datable hacia el 320 a. C., de un grupo escultórico en bronce encargado el año 321 a. C. por el propio Crátero a Lisipo en conmemoración de una cacería que tuvo lugar en Siria para que fuera erigido en Delfos. Por el tamaño del nicho que lo contenía debió tener dimensiones colosales, y además de los dos cazadores y su presa también incluía perros de caza.[17] Museo Arqueológico de Pella.[26]
El llamado "tipo Guimet" (Louvre), retrato idealizado realizado hacia el 300 a. C., posteriormente a la muerte de Alejandro, a más de treinta años de distancia de los retratos de Lisipo. Museo del Louvre.
Alejandro como Heracles, tocado con la piel del león de Nemea, ca. 300 a. C. Hallado en el Keramikos de Atenas. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Alejandro como faraón, ca. 300 a. C. Liebieghaus.[41]
Relieve del templo de Luxor que representa a Alejandro orando ante el dios Amón Ra. In situ
Estatuilla conservada en el Museo del Louvre procedente de un pequeño grupo de figuras dedicadas al culto doméstico. Reproduce a pequeña escala la estatua de Alejandro vistiendo el aegis (la coraza de piel de cabra vestida por Zeus) que se levantó junto a su tumba en Alejandría. Desde aproximadamente el año 290 a. C. Alejandro recibía allí culto como divinidad, con el argumento de que durante la estancia de Alejandro en el oasis de Siwa el dios habría reconocido a Alejandro como su hijo. Museo del Louvre.
Alejandro como dios Pan. Museo Arqueológico de Pella[26]
Moneda de época ptolemaica, con la efigie de Alejandro tocado con una cabeza de elefante. British Museum
Moneda de época de Lisímaco (306-281 a. C.), con la efigie de Alejandro tocado con los cuernos de Amón, identificado por los griegos con Zeus.[42] British Museum
Camafeo con la efigie de Alejandro tocado con los cuernos de Amón. Cabinet des Médailles[43]
Retrato de Alejandro como Apolo, procedente de Magnesia, firmado por el escultor Menas con epigrafía propia de mediados del siglo II a. C.[44] Museo Arqueológico de Estambul.
Anverso de una medalla de oro romana, hacia 215 o 243 d. C. Alejandro, mirando al cielo, sostiene una lanza y un escudo decorado con signos zodiacales. Su coraza está decorada con una figura de Atenea y una escena de la gigantomaquia. Museo Walters.
Reverso de la misma medalla, con un carro guiado por la diosa Victoria flanqueado por la diosa Roma y el dios Marte. Museo Walters.
  1. a b c The Dying Alexander of the Uffizi - Matthew James Collins ~ Art, Ideas and News Ficha en Polo Museale Fiorentino. Copia italiana del siglo XVII o XVIII - ficha en el British Museum. The Dying Alexander of the Uffizi Gallery and the Gigantomachia of Pergamum -Alfred Emerson- The American Journal of Philology - Vol. 4, No. 2 (1883), pp. 204-207.

    Ancora sull'Alessandro morente degli Uffizi, RM 113, 2007, 175-206.

  2. a b c d e Aurelio Pérez Jiménez, “Interpretación moral de las obras de arte en Plutarco”, en G. Santana Henríquez, Plutarco y las artes. XI Simposio Internacional de la Sociedad Española de Plutarquistas, Madrid, Ediciones Clásicas, 2013, pp. 191-202: "[A Plutarco] De las estatuas de Lisipo le interesa... que sólo él consiguió modelar con el bronce el carácter y la virtud del macedonio, mientras que los demás, al querer imitar sus gestos (inclinación del cuello) y la ternura de sus ojos, fueron incapaces de conservar su virilidad y fuerza leonina."
    • Moralia, 360 d (Edición de Manuela García Valdés, Akal, 1987, pg. 68): "Lisipo el escultor censuró rectamente al pintor Apeles porque en su retrato de Alejandro puso un rayo en sus manos, mientras que él lo había representado con una lanza, gloria de la que ninguna época lo despojaría, por ser verdadera y propiamente suya".

    • De Alexandri magni fortuna aut virtute, 2, 2 (versión bilingüe griego/inglés de Frank Cole Babbitt, 1936): Therefore Alexander ordered to be made and set up at Delphi a bronze statue of him, with lyre in hand and spear advanced; thereby he not only honoured this particular man, but also paid tribute to Music herself, in the belief that she is a creator of true men and, in particular, that she filis with inspiration and impetuousness those who are truly her fosterchildren. For once Upon a time, when Antigenides was playing on his flute the Chariot Song, Alexander became so transported, and his spirit so inflamed by the strains, that he leapt up and laid hands upon the weapons that lay near, and thus confirmed the testimony of the Spartans who used to sing, «The noble playing of the lyre is meet to match the sword.» Apelles the painter and Lysippus the sculptor also lived in the time of Alexander. The former painted ‘Alexander wielding the Thunderbolt’ so vividly and with so natural an expression, that men said that, of the two Alexanders, Alexander, son of Philip, was invincible, but the Alexander of Apelles was inimitable. And when Lysippus modelled his first statue of Alexander which represented him looking up with his face turned towards the heavens (as indeed Alexander often did look, with a slight inclination of his head to one side), someone engraved these verses on the statue, not without some plausibility, Eager to speak seems the statue of bronze, up to Zeus as it gazes : «Earth I have set under foot: Zeus, keep Olympus yourself!» Wherefore Alexander gave orders that Lysippus only should make statues of him. For Lysippus was, it seemed, the only one that revealed in the bronze Alexander's character and in moulding his form portrayed also his virtues. The others wished to imitate the flexing of his neck and the melting and liquid softness of his eyes, but were unable to preserve his virile and leonine expression. Among the other artists at his court was Stasicrates the master-sculptor, not seeking to make something flowery or pleasant or lifelike to look upon, but employing a magnificence in workmanship and design worthy of a king's munificence. He followed Alexander into Asia and found fault with the paintings, sculptures, and moulded likenesses that had been made of him, on the ground that they were the works of timid and ignoble artists. ‘But I, your Majesty,’ said he, ‘have conceived the project of placing your likeness in living and imperishable material, with roots that are everlasting and weight immovable and unshakable. For Mount Athos in Thrace, in that part where is its highest and most conspicuous summit, has well-proportioned surfaces and heights, limbs and joints and proportions that suggest the human form. When it has been properly carved and worked into shape, it can be called Alexander's statue, and Alexander's statue it will be ; with its base set in the sea, in its left hand it will encompass and hold a city peopled with ten thousand inhabitants, and with its right pour from a bowl of libation an ever-flowing river down into the sea. But as for gold and bronze, ivory, wooden timbers, and dyes,14 which make those paltry images that can be bought and sold, stolen, or melted down, let us reject them all!’ Alexander listened to his words and admired but declined with thanks the lofty designs and the boldness of the artist. ‘But,’ said he, “let Athos remain as it is. It is enough that it be the memorial of the arrogance of one king; but my imprint the Caucasus shall show and the Emodian range and the Tanaïs and the Caspian Sea; these will be the image of my deeds." (Fragmentos -el epigrama, la mirada líquida y el aspecto leonino- citados y glosados en J. J. Pollit, Art in the Hellenistic Age, pg. 20).
    • Vidas Paralelas, V, 4: "Las estatuas que con más exactitud representan la imagen de su cuerpo son las de Lisipo, que era el único por quien quería ser retratado; porque este artista figuró con la mayor viveza aquella ligera inclinación del cuello al lado izquierdo y aquella flexibilidad de ojos [sic -la versión francesa dice la douceur qui paraissait dans ses yeux, la inglesa his melting eye] que con tanto cuidado procuraron imitar después muchos de sus sucesores y de sus amigos. Apeles, al pintarle con el rayo, no imitó bien el color, porque lo hizo más moreno y encendido, siendo blanco, según dicen, con una blancura sonrosada, principalmente en el pecho y en el rostro. Su cutis espiraba fragancia, y su boca y su carne toda despedían el mejor olor, el que penetraba su ropa, si hemos de creer lo que leemos en los Comentarios de Aristóxeno." Ídem, 16: "Por parte de Alejandro, dice Aristobulo que los muertos no fueron entre todos más qué treinta y cuatro; de ellos, nueve infantes. Mandó que se les erigiesen a éstos estatuas de bronce, que trabajó Lisipo. Dio parte a los griegos de esta victoria, enviando en particular a los atenienses trescientos escudos de los que cogieron, y haciendo un cúmulo de los demás despojos, hizo poner sobre él esta ambiciosa inscripción: “ALEJANDRO, HIJO DE FILIPO, Y LOS GRIEGOS, A EXCEPCIÓN DE LOS LACEDEMONIOS, DE LOS BÁRBAROS QUE HABITAN EL ASIA”. De los vasos preciosos, de las ropas de púrpura y de cuantas presas ricas tomó de Persia, fuera de muy poco, todo lo demás lo remitió a la madre." Ídem, 40: "Tomó, pues, desde entonces con más empeño el atarearse y darse malos ratos en la milicia y en la caza, de manera que un embajador de Lacedemonia, que se halló presente cuando dio fin a un terrible león, “Muy bien ¡oh Alejandro! -le dijo- lidiar con un león sobre el reino”. Esta cacería la dedicó Crátero en Delfos, haciendo esculpir en bronce la imagen del león, la de los perros, la del rey en actitud de haber postrado al león, y la del mismo Crátero que le asistía; de las cuales unas fueron obra de Lisipo y otras de Leócares."

  3. Javier Moscoso, Historia cultural del dolor, Penguin Random House, 2011. Fitzpatrick y otros, Cross-Cultural Perspectives on Martyrdom and Gender in Art and Visual Culture Archivado el 6 de octubre de 2015 en Wayback Machine.. Edelgard E. DuBruck, Yael Even, Violence in Fifteenth-century Text and Image, Volumen 27, Camden House, 2002. Marla Carlson, Performing Bodies in Pain: Medieval and Post-Modern Martyrs, Mystics, and Artists, Palgrave Macmillan, 2010. Puppi, Lionello, Torment in art : pain, violence, and martyrdom, Rizzoli, 1991.
  4. Riley Collection. Cita como fuentes: M. Bieber, Alexander the Great in Greek and Roman Art (Chicago 1964); E. Schwarzenberg, "The Portraits of Alexander" in A. Bosworth et al., Alexandre le Grand [Fondation Hardt, Entretiens 22] (Geneva 1975) 248-76; N. Yalouris, The Search for Alexander (Boston 1980).
  5. Mirabilia Urbis Romae (Mirabilia Urbis Romae, a mediados del siglo XII) y Onofrio Panvinio (Reipublicae Romanae Commentariorum, 1558); fuentes citadas en Horse Tamers. Actualmente se interpreta, con su pendant, como "Cástor y Pólux" (los Dióscuros) y a su ubicación se la denomina "fuente de los Dióscuros" o "Dióscuros del Quirinal" (Fontana dei Dioscuri -en:Fontana dei Dioscuri-). En vez de encontrarse asociadas al templo de Cástor y Pólux (también podrían proceder de las termas de Constantino -it:Terme di Costantino-), en la Edad Media, con la denominación de Colossi, se encontraban en el Palazzo Rospigliosi de la colina del Quirinal (que por ello es conocida como Monte Cavallo). En 1589-1591 fueron restaurados y se colocaron en su disposición actual, sobre unos pedestales que flanqueban una fuente de Domenico Fontana. La fuente se suprimió en 1783-1786 y en su lugar se levantó un obelisco, procedente del Mausoleo de Augusto, y una nueva fuente de Raffaele Stern (it:Raffaele Stern), que reutilizaba una gran concha de granito de época antigua, se situó delante del obelisco en 1818.

    Las piezas escultóricas son de origen incierto (posiblemente copias de un original griego, realizadas en Roma en el siglo IV), y durante la Edad Media llevaron unas fantasiosas inscripciones que las atribuían a Fidias y a Praxíteles, lo que no impedía, ya en la Edad Moderna, la creencia popular (basada en la atribución de Panvinio, que propuso su llegada a Roma desde Alejandría por orden de Constantino) de representar a Alejandro y su caballo Bucéfalo (el hecho es que estos escultores son anteriores en el tiempo a Alejandro), sino que más bien reforzaban la tradición (recogida en Miriabilia) de que esos nombres (Fidias y Praxíteles) eran los de dos profetas que llegaron desnudos a Roma en tiempos de Tiberio, para contar la "verdad desnuda": que los príncipes del mundo eran como caballos que todavía no habían sido montados por un verdadero rey (es decir, Jesucristo, que murió bajo ese emperador, y que de este modo intensifica sus similitudes con Alejandro, quien también fue llamado pai Dios - "hijo de Zeus/Dios"- y, también como posteriormente lo fue Jesucristo, se le atribuyó una concepción sin intervención humana, murió en su trigésimo tercer año de vida y fue asociado con Heracles y con Helios/Sol). El gran poder evocador de estas imágenes como símbolo del dominio sobre las fuerzas desatadas explica su frecuente copia o imitación (Caballos de Marly de Nicolas Coustou para Luis XIV, estatuas del Manege de San Petersburgo -en:Saint Petersburg Manege- de Paolo Triscornia, estatua del Hyde Park Corner de Londres para Lord Wellington, etc.)

    En 1560 se hallaron dos esculturas semejantes (los Dioscuri del Campidoglio -"Dioscuros del Capitolio"-), que se instalaron sobre la escalera del Campidoglio, Capitolio o colina Capitolina (la plaza remodelada por Miguel Ángel, donde se halla la estatua ecuestre de Marco Aurelio).

  6. Se ha establecido que existió un modelo original, de la escuela de Pérgamo, fechado hacia 240-30 a. C. y cuyo tema era en realidad Ajax sosteniendo a Patroclo (Iliada, XVII) o bien Menelao sosteniendo a Patroclo (Ilíada, XVI). En época romana el grupo fue copiado, habiendo tres versiones en la ciudad de Roma: la primera, muy deteriorada, es la popular estatua de Pasquino cerca de la Piazza Navona; la segunda versión fue hallada cerca de Porta Portese -Porta Portese- en la segunda mitad del siglo XVI y comprada por el duque Cosme I de Médici, quien la llevó a Florencia (se conserva en la Loggia dei Lanzi); la tercera fue hallada en el Mausoleo de Augusto y también fue comprada por Cosme, que también la llevó a Florencia (se conserva en el Palazzo Pitti). Al tema de estos grupos también se le ha confundido con el de Caridad romana. Entre las copias modernas, hay una estatuilla de bronce conservada en el Museo del Prado, datable hacia 1800 (ficha en la web del Prado). Véase otra interpretación de esta escena, en mármol, de Mikhail Kozlovsky -Mikhail Kozlovsky-, con el cadáver de Patroclo cargado al hombro de Ajax (1790).
  7. a b -Ficha en el Louvre Archivado el 1 de octubre de 2015 en Wayback Machine.-.
  8. Athena Giustiniani
  9.  
    Minerve dit Alexandre Mazarin - MR 1633 Ma 3385 - Louvre.
  10. Mathilde Mahé-Simon,Jean Trinquier, L'Histoire d'Alexandre selon Quinte-Curce, Armand Colin, 2014, pg. 52.
  11. a b Imágenes de Alejandro durante el reinado de Filipo
  12. Paz Menoni, La imagen personal, la estrategia más certera de Alejandro Magno, en Mito, Revista Cultural. Cita como fuente, entre otras, a Francisco Rodríguez Adrados, Las imágenes de Alejandro, 2000.
  13. "Un muto colloquio con la divinità"
  14. a b "Alexander, the palaestric, or the nude Alexander with spear (doryphoros), going back to the praised statue by Lysippus known from written sources" (Acta Antiqua Academiae Scientiarum Hungaricae, 1980, Volumen 28, pg. 71).
  15. a b
  16. a b Plutarco (Vidas Paralelas V, 40) se indica que, de las figuras del grupo "unas fueron obra de Lisipo y otras de Leócares" (véase el contexto en la nota 1).
  17. Milan Papyrus
  18. Traducción inglesa en Marianne Kunnen-Jones, From Trash to Treasure: UC Think Tank Dissects Mummy-Hid Scroll: "Lysippus, Sikyonian sculptor, daring hand, learned artisan, / your bronze statue has the look of fire in its eyes, / that one you made in the form of Alexander. The Persians deserve / no blame. We forgive cattle for fleeing a lion."
  19. Naturalis historia, VII, 37 XXXVII, 1.: "Fue loado... Dinócrates porque trajo a Alejandría, que la edificaba el Emperador Alejandro en Egipto. Este mismo emperador no quiso que le retratase otro alguno sino Apeles, ni que le esculpiese otro sino Pirgoteles, ni que otro vaciase su bulto de metal sino Lisipo, las cuales artes se han esclarecido con muchos ejemplos de grandes artífices." (Traducción de Jerónimo de la Huerta, edición de 1602).
  20. Antonio Piñero, Divinización: el caso de Alejandro Magno. Su posible apoteosis en vida Archivado el 4 de octubre de 2015 en Wayback Machine.. Cita como fuente a Plutarco, Vidas paralelas - Alejandro y César. Francisco Marco Simón, José Remesal Rodríguez, Religión y propaganda política en el mundo romano, 2002.
  21. Miguel Angel Elvira, Arte y mito: manual de iconografía clásica, Sílex, 2008, pg. 499 y ss.
  22. Hominis autem imaginem gypso e facie ipsa primus omnium expressit ceraque in eam formam gypsi infusa emendare instituit Lysistratus Sicyonius, frater Lysippi. Citado en Miguel Angel Elvira y Antonio Blanco Freijeiro, Orígenes del retrato Archivado el 4 de octubre de 2015 en Wayback Machine. en Artehistoria.
  23. a b Dieter Ohly, The Munich Glyptothek: Greek and Roman Sculpture ; a Brief Guide, C. H. Beck, 2002, pg. 96
  24. a b c d Archaeological Museum of Pella
  25. Thermenherrscher
  26. En la traducción inglesa: "melting glance".
  27. En una traducción inglesa: "I place the earth under my sway; you, O Zeus, keep Olympus" (Fred Kleiner, Gardner’s Art through the Ages, 2015, pg. 162). En otra (Babbitt): "Eager to speak seems the statue of bronze, up to Zeus as it gazes : «Earth I have set under foot: Zeus, keep Olympus yourself!»"
  28. Naturalis Historia - Liber XXXV, 92-94: 92 Apelles inchoaverat et aliam Venerem Coi, superaturus etiam illam suam priorem. invidit mors peracta parte, nec qui succederet operi ad praescripta liniamenta inventus est. pinxit et Alexandrum Magnum fulmen tenentem in templo Ephesiae Dianae viginti talentis auri. digiti eminere videntur et fulmen extra tabulam esse — legentes meminerint omnia ea quattuor coloribus facta —; manipretium eius tabulae in nummo aureo mensura accepit, non numero. 93 pinxit et megabyzi, sacerdotis Dianae Ephesiae, pompam, Clitum cum equo ad bellum festinantem, galeam poscenti armigerum porrigentem. Alexandrum et Philippum quotiens pinxerit, enumerare supervacuum est. mirantur eius Habronem Sami; Menandrum, regem Cariae, Rhodi, item Antaeum; Alexandreae Gorgosthenen tragoedum; Romae Castorem et Pollucem cum Victoria et Alexandro Magno, item Belli imaginem restrictis ad terga manibus, Alexandro in curru triumphante. 94 quas utrasque tabulas divus Augustus in celeberrimis partibus dicaverat simplicitate moderata; divus Claudius pluris existimavit utrisque excisa Alexandri facie divi Augusti imagines addere. eiusdem arbitrantur manu esse et in Dianae templo Herculem aversum, ut, quod est difficillissimum, faciem eius ostendat verius pictura quam promittat. pinxit et heroa nudum eaque pictura naturam ipsam provocavit.
  29. Ficha en la web del Louvre
  30. -Ficha en la web del Paul Getty Museum-
  31. Ficha en la web del Museo de Brooklyn
  32. Giannitsa
  33. -ficha en el British Archivado el 1 de octubre de 2015 en Wayback Machine.-
  34. -Ficha en el Louvre-.
  35. ficha en Artehistoria.
  36. Infografía en Antigua Roma al día. Félix Fernández Murga, Carlos III y el descubrimiento de Herculano, Pompeya y Estabia, 1989, pg. 85
  37.  
    Grabado de Les antiquités d'Herculanum - avec leurs explications en françois (1780).
  38. Exposición Afghanistan, les trésors retrouvés en el Museo Guimet, 2006-2007
  39. Liebieghaus
  40. Jerem, fuente citada en Horned deity
  41. Cabinet des Médailles
  42. -Brunilde Sismondo Ridgway, Hellenistic Sculpture, vol. 1, pg. 144-

Enlaces externos

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