Declaración de Hechos

La Declaración de Hechos fue una declaración pública emitida y difundida por los testigos de Jehová durante el período de persecución de los mismos en la Alemania Nazi. El documento afirmaba la abstención política de la denominación, solicitaba el derecho de predicar públicamente y afirmaba que el movimiento de los Testigos de Jehová era víctima de una campaña de desinformación por parte de otras iglesias cristianas.

Wilmersdorfer Erklärung del 25 de junio de 1933 (página 1)

Fue redactado bajo la supervisión de Joseph F. Rutherford, presidente de la sociedad Watch Tower, y publicado durante una asamblea de distrito que se llevó a cabo en Berlín el 25 de junio de 1933. Se enviaron copias de la misma a altos funcionarios del régimen, incluido el canciller alemán, Adolf Hitler.[1]​ Su distribución provocó una nueva ola de persecución contra los testigos de Jehová alemanes,[2]​ pese a que la misma afirmaba que los testigos de Jehová compartía algunos de los valores del partido nazi y atacaba a los enemigos favoritos de Hitler: los judíos, los católicos y las potencias occidentales.

La declaración suele ser motivo de controversia, en especial entre el movimiento de los testigos de Jehová y los historiadores. James Penton, quien fuera criado como testigo de Jehová, afirmó en su libro: «Jehovah's Witnesses and the Third Reich» que la declaración se leyó en un salón adornado con esvásticas y la asamblea comenzó con una canción que compartía el mismo aire que el himno nacional alemán.[3]

Antecedentes

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A partir de 1922, los Estudiantes de la Biblia alemanes (Ernste Bibelforscher) fueron arrestados por cargos de venta ambulante ilegal mientras distribuían publicaciones de la Sociedad Watch Tower. Entre 1927 y 1930, se formularon casi 5.000 cargos contra miembros del grupo y, aunque la mayoría terminaron en absoluciones, también se dictaron algunas "sentencias severas".[4][5][2]​ En noviembre de 1931, las autoridades bávaras utilizaron nuevas ordenanzas de emergencia relacionadas con disturbios políticos para confiscar y prohibir las publicaciones de la Sociedad Watch Tower. A fines de 1932, había más de 2.300 cargos pendientes en contra los Estudiantes de la Biblia.[2]

 
Presidente de la Sociedad Watch Tower, J. F. Rutherford

Las restricciones se endurecieron con el nombramiento de Adolf Hitler como nuevo canciller de Alemania el 30 de enero de 1933. El 4 de febrero emitió un decreto que permitía a la policía confiscar literatura "que pusiera en peligro el orden público y la seguridad" y también restringir las libertades de reunión. A mediados de 1933, el trabajo del grupo, conocido entonces como los testigos de Jehová, había sido prohibido en la mayoría de los estados alemanes y los miembros eran acusados de ser comunistas y asociarse con los judíos en movimientos políticos subversivos.[2]​ La policía registró con frecuencia las casas de los miembros en busca de literatura incriminatoria y el 24 de abril, la policía ocupó brevemente la sede de la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia (IBSA) en Magdeburg.

Las autoridades objetaron la influencia de minorías religiosas como los Testigos de Jehová porque "contribuyeron a la fragmentación ideológica del pueblo alemán", pero también vieron al grupo como una amenaza para las principales denominaciones cristianas. Un decreto del Ministerio del Interior decía:

Particularmente los domingos y días festivos cristianos, las personas enviadas por los "Estudiantes de la Biblia sinceros" van de casa en casa y molestan a la gente imponiéndoles los diarios de la Sociedad Watch Tower de Magdeburg, que contienen ataques maliciosos contra las principales iglesias cristianas y sus instituciones... Esta actividad desmoralizadora, que representa un abuso del derecho a la libertad de expresión, provoca discordia no sólo en familias individuales sino también en comunidades enteras. Es incompatible con la idea de una comunidad popular cristiana en Alemania y, por lo tanto, ya no puede permitirse.[6]

En junio, el presidente de la Sociedad Watch Tower, Joseph Rutherford, y Nathan Knorr viajaron a Berlín para intentar negociar las posibilidades de continuar la actividad de predicación en Alemania. Mientras estaban allí, organizaron una asamblea pública que se llevaría a cabo en Berlín el 25 de junio de 1933 para publicar una Declaración de hechos, que había sido escrita por Rutherford.[7]​ Esperaban que el documento convenciera a Hitler, a los funcionarios del gobierno y al público de que los testigos de Jehová no representaban una amenaza para el pueblo y estado alemán.[8]​ La Declaración afirmaba la neutralidad política del grupo y protestaba contra la intromisión del gobierno en la predicación; fue traducida al alemán por el supervisor del distrito, Paul Balzereit, quien posteriormente lo presentó ante los miembros de la asamblea para su adopción.[2]

Tanto Rutherford como Knorr abandonaron el país antes de que comenzara la asamblea, celebrada en el Wilmersdorfer Tennishallen. Aunque los organizadores esperaban una asistencia de 5.000 personas, llegó una multitud de 7.000. El exterior de la sala estaba adornado con esvásticas, posiblemente colocadas por miembros de la unidad SS que habían celebrado cerca el día anterior.[8]​ Para sorpresa de los asistentes, la asamblea se inauguró con una canción, La gloriosa esperanza de Sión, que para entonces rara vez se cantaba en las reuniones de los Testigos. Con música compuesta por Joseph Haydn en 1797, esta había estado en el cancionero de los Estudiantes de la Biblia desde 1905, pero debido a que se usaba la misma música para el himno nacional alemán, se había dejado de cantar en 1922.[8][9]​ Durante la asamblea, la Declaración de Hechos conteniendo 3800 palabras fue presentada a la multitud y aceptada por muchos de los asistentes. Sin embargo, un "gran número" de los asistentes se negaron a aceptarlo y se fueron de la asamblea de forma decepcionada, viéndolo más débil de lo que esperaban.[2]​ Una publicación de la Sociedad Watch Tower de 1974 afirmó que Balzereit había debilitado la traducción alemana de la Declaración, suavizando las críticas a los nazis,[2]​ pero en 1998 la sociedad repudió esa declaración.[8]

Se distribuyeron públicamente unos 2,5 millones de copias de La Declaración, reproducida en un folleto de cuatro páginas, y un día después de la asamblea, la declaración se envió a Hitler con una carta de presentación de siete páginas escrita por Balzereit en la que aseguraba al Canciller que la IBSA "no estaba en oposición al gobierno nacional del Reich alemán". La carta agregó que, por el contrario, "los objetivos y esfuerzos enteramente religiosos y apolíticos de los Estudiantes de la Biblia" estaban "totalmente de acuerdo con las metas correspondientes del gobierno nacional". El historiador Detlef Garbe concluyó que al usar una redacción sutil, Balzereit pretendía que la carta, si bien representando las enseñanzas de los Estudiantes de la Biblia, pudiese ser malinterpretada por los oponentes del grupo.[10]

Contenidos de la Declaración

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La Declaración se dividió en cuatro amplias secciones: una introducción que abordaba los temas de la oposición y la opresión, secciones que abordaban la literatura de la Sociedad Watch Tower (que en 1933 estaba prohibida), la Sociedad de las Naciones, y una sección final llamada "Grandes verdades". Algunas aclaraciones dentro de la Declaración escritas para resaltar los puntos en común con los ideales nacionales alemanes posteriormente atrajeron críticas de que sus autores habían intentado comprometerse con el régimen de Hitler y ganarse el favor del nuevo gobierno.

Introducción

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Los primeros nueve párrafos declararon que los miembros de la organización eran pacíficos y respetuosos de la ley, y eran "testigos de la verdad" de Dios. Además, declaró de que habían sido acusados injustamente y deseaban presentar un testimonio verdadero y fiel a los funcionarios sobre su papel en los propósitos de Dios, apelando a una audiencia justa e imparcial. Decía que la Biblia revelaba que Satanás el Diablo era enemigo de Dios y que, como en los días de Jesús, utilizó a maestros y sacerdotes religiosos para distorsionar la verdad y fomentar la oposición a sus verdaderos representantes.

La declaración decía que habían sido falsa y maliciosamente acusados de recibir apoyo financiero de los judíos, e insistía: "Los judíos nunca han contribuido con la más mínima cantidad de dinero a nuestro trabajo". Decía:

El imperio más grande y más opresivo de la tierra es el imperio angloamericano. Con "imperio angloamericano" nos referimos al Imperio Británico, del cual forman parte los Estados Unidos de América. Han sido los judíos comerciales del imperio británico-estadounidense los que han construido y llevado a cabo grandes negocios como un medio para explotar y oprimir a los pueblos de muchas naciones. Este hecho se aplica particularmente a las ciudades de Londres y Nueva York, el bastión de las grandes empresas. Este hecho es tan manifiesto en América que hay un proverbio relativo a la ciudad de Nueva York que dice: 'Los judíos la poseen, los católicos irlandeses la gobiernan y los estadounidenses pagan las cuentas'. No tenemos pelea con ninguna de estas personas mencionadas, pero, como testigos de Jehová y en obediencia a su mandamiento establecido en las Escrituras, nos vemos obligados a llamar la atención sobre la verdad concerniente a las mismas para que la gente sea iluminada sobre Dios y su propósito.

Nuestra Literatura

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La Declaración citaba la acusación de que la literatura de la Sociedad Watch Tower constituía un peligro para la paz y la seguridad de Alemania, y sugería que los funcionarios habían malinterpretado las publicaciones debido a la franqueza de gran parte del lenguaje; escrito originalmente en los Estados Unidos para lectores de habla inglesa, Añadía que el pueblo en Gran Bretaña y Estados Unidos había sufrido, y seguía sufriendo, por "el mal gobierno de las grandes empresas y los políticos sin conciencia" apoyados por "políticos religiosos", y por lo tanto, la literatura de la Sociedad había empleado un lenguaje sencillo para transmitir ese mensaje. Estableció paralelos con una opresión similar que había padecido el pueblo alemán:

 
Quema de libros por los nazi en Alemania.
El actual gobierno de Alemania se ha declarado enfáticamente en contra de los opresores de las grandes empresas y en oposición a la injusta influencia religiosa en los asuntos políticos de la nación. Tal es exactamente nuestra posición; y declaramos además en nuestra literatura la razón de la existencia de las grandes empresas opresivas y la influencia política religiosa injusta, porque las Sagradas Escrituras declaran claramente que estos instrumentos opresivos proceden del Diablo, y que la solución a estas cosas es el reino de Dios bajo Cristo. Por lo tanto, es imposible que nuestra literatura o nuestro trabajo sean de alguna manera un peligro o una amenaza para la paz y la seguridad del estado.

La Declaración afirmó que los testigos de Jehová no tenían ambiciones ni participación política, y que no hicieron nada para obstaculizar las creencias de los demás. Esta dijo que los miembros del grupo habían dedicado sus vidas a ayudar a las personas a comprender correctamente la Biblia como "el único camino posible para el completo alivio y bendición para la humanidad", lo que a su vez traería beneficios para "la educación, la cultura y la edificación de la humanidad". Afirmó que la Sociedad y su literatura, por lo tanto, no representaban una amenaza para la paz y la seguridad de la nación porque apoyaban los "altos ideales" del gobierno.

En lugar de estar en contra de los principios defendidos por el gobierno de Alemania, nos mantenemos firmes a favor de tales principios, y señalamos que Jehová Dios por medio de Cristo Jesús llevará a cabo la plena realización de estos principios y dará a la gente paz y prosperidad y el mayor deseo de todo corazón honesto... Un examen cuidadoso de nuestros libros y literatura revelará el hecho de que los muy elevados ideales sostenidos y promulgados por el gobierno nacional actual se exponen, respaldan y enfatizan fuertemente en nuestras publicaciones, y muestran que Jehová Dios se encargará de que estos altos ideales sean alcanzados a su debido tiempo por todas las personas que aman la justicia y obedecen al Altísimo. Por lo tanto, en lugar de que nuestra literatura y nuestra obra sean una amenaza para los principios del gobierno actual, somos los más firmes defensores de tan elevados ideales.

La sección de Literatura de la Declaración concluyó señalando que la Sociedad Watch Tower había realizado esfuerzos persistentes durante años para hacer el bien a las personas, a menudo con la ayuda financiera de miembros estadounidenses.

Sociedad de las Naciones

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Reunión de la Sociedad de las Naciones, 1932.

La Declaración decía que las afirmaciones de la Watch Tower sobre la Sociedad de las Naciones habían sido identificadas como una causa adicional para la prohibición de la predicación y la distribución de literatura. Esta decía: "Recordemos al gobierno y al pueblo de Alemania que fue el pacto de la Sociedad de Naciones el que puso sobre los hombros del pueblo alemán las grandes cargas injustas e insoportables". Agregó que las publicaciones de la Watch Tower habían criticado a la sociedad de naciones (mientras estaba siendo aclamada por las iglesias como parte del propósito de Dios) porque la Watch Tower consideraba que la sociedad era opresiva e injusta, e incapaz de lograr el alivio prometido por la Biblia. La Declaración afirmó además que los testigos de Jehová no habían intentado ejercer influencia política y que sus críticas no podían interpretarse como una amenaza para el gobierno o un peligro para la paz y la seguridad nacionales. El comunicado decía que el "clero político, los sacerdotes y los jesuitas" habían perseguido a los Testigos en América del Norte y Gran Bretaña, y advertía que las mismas fuerzas los estaban tergiversando de manera similar ante las autoridades alemanas.

Grandes verdades

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La Declaración resumió las creencias escatológicas de los Testigos de Jehová y dijo que los alemanes habían sufrido miseria desde 1914, convirtiéndose en víctimas de la injusticia internacional. Comparó los objetivos de la organización con la de "los nacionalistas" que "se han declarado en contra de toda injusticia y han anunciado que 'Nuestra relación con Dios es alta y santa'" y dijo que los Testigos alemanes "respaldan plenamente estos principios justos".

La declaración elogió la adhesión del gobierno alemán a esos "altos ideales" y expresó su confianza en que no se resistiría deliberadamente a la predicación de los Testigos. Declaraba: "Por lo tanto, apelamos al alto sentido de la justicia del gobierno y la nación y solicitamos respetuosamente que se anule la orden de prohibición contra nuestro trabajo y nuestra literatura, y que se nos dé la oportunidad de tener una audiencia justa antes de que seamos juzgados". En conclusión, solicitó que el gobierno estableciera un comité independiente para reunirse con los delegados del grupo para examinar su literatura y permitir que los Testigos trabajen sin obstáculos.

Consecuencias

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A los pocos días de enviar la Declaración a Hitler, Balzereit abandonó Alemania y emigró a Praga .[11]​ El 28 de junio, 30 soldados del Partido Nazi asaltaron las oficinas de Magdeburgo por segunda vez, izaron la esvástica sobre el edificio, cerraron la fábrica, sellaron las prensas y cerraron las instalaciones. El Ministerio del Interior dijo que la acción fue diseñada para prohibir cualquier actividad futura de la Sociedad Watch Tower en Alemania. A finales de agosto, las autoridades transportaron unas 70 toneladas de publicaciones de la Watch Tower y Biblias en 25 camiones a las afueras de la ciudad y las quemaron públicamente. En algunas áreas, los Testigos desafiaron la prohibición de predicar, pero en toda Alemania muchos creyentes se retiraron de la asociación y cesaron toda actividad. Cuando las copias de La Atalaya y La Edad de Oro comenzaron a llegar a Alemania por correo desde el extranjero, la policía ordenó la confiscación del correo de los Testigos de Jehová conocidos.[12]

En septiembre de 1934, mil Testigos de Jehová alemanes se unieron a una multitud de 3.500 en una convención internacional en Basilea, Suiza, organizada bajo el lema "No les temas". Rutherford instó a los Testigos de Jehová alemanes a reanudar su actividad de predicación y los asistentes respondieron declarando en una resolución que lo harían el 7 de octubre de 1934, independientemente de la prohibición. La resolución también contenía un mensaje de protesta contra su trato en Alemania. La resolución se entregó a la prensa suiza y se envió una copia a Hitler, junto con un mensaje que decía: "Su maltrato a los testigos de Jehová conmociona a todas las personas en la tierra y deshonra el nombre de Dios. Abstenerse de seguir persiguiendo a los testigos de Jehová; de lo contrario, Dios te destruirá a ti y a tu partido nacional". Los Testigos de Europa, Estados Unidos y Gran Bretaña enviaron miles de telegramas con la misma advertencia al gobierno del Reich en Berlín los días 8 y 9 de octubre, hasta que se les dijo a las oficinas postales extranjeras que dejaran de enviarlos porque el destinatario se negaba a aceptarlos.[13]

Paul Balzereit luego regresó a Alemania para retomar su puesto como líder de la sucursal, pero atrajo críticas de algunos miembros por su renuencia a desafiar las prohibiciones de la predicación pública. En mayo de 1935, junto con otros ocho oficiales, fue arrestado; en un juicio en diciembre de ese año negó haber desafiado los decretos oficiales, pero fue sentenciado a dos años y medio de prisión. Al año siguiente fue expulsado de la Sociedad Watch Tower, y Rutherford explicó en una carta dirigida a los Testigos alemanes que estaba sorprendido de que "ninguno de los que estaban siendo juzgados en ese momento dio un testimonio fiel y verdadero del nombre de Jehová". Rutherford dijo que Balzereit no había dicho nada para mostrar "su total confianza en Jehová" y que, por lo tanto, la sociedad "de ahora en adelante no tendrá nada que ver con él". La sociedad tampoco "haría ningún esfuerzo por tratar de liberarlos de la prisión, incluso si tuviera el poder de hacer algo".[14]

Evaluación histórica

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El historiador alemán Detlef Garbe vio la Declaración como parte de los esfuerzos del grupo para adaptarse en un momento de creciente persecución. Dijo que el uso del himno La gloriosa esperanza de Sión en la apertura de la asamblea de Berlín fue un esfuerzo por causar una buena impresión en el mundo y que no fue una coincidencia de que la canción compartiera la misma melodía que el himno nacional alemán. Dijo que la redacción del documento presenta a la denominación como una organización con una actitud positiva hacia el estado alemán y con intereses comunes con los nuevos gobernantes. Garbe dijo que al repudiar las acusaciones de que los Testigos habían recibido apoyo financiero de los judíos, el grupo "claramente se distanció de otro grupo bajo persecución". Señaló el uso de "eslóganes antijudíos" en el documento, que fue escrito menos de tres meses después del boicot a las tiendas judías en Alemania,[15]​ pero dijo que los Testigos no eran culpables de antisemitismo .[16]​ Sin embargo, Garbe dijo que la descripción que hace la Declaración del imperio angloamericano como "el imperio más opresivo del mundo" socava las pretensiones de neutralidad política del grupo.[15]

Garbe dijo que publicaciones posteriores de la Sociedad Watch Tower habían tergiversado la Declaración como una "resolución de protesta" y también afirmaron falsamente que Balzereit había "diluido" las publicaciones de la sociedad en su traducción del documento original de Rutherford. Dijo que la crítica a Balzereit en el Anuario de 1974 de los Testigos fue un intento de responsabilizar al líder de la sucursal alemana por los intentos de adaptación de la sociedad.[15]

El historiador canadiense, el profesor James Penton, ex testigo de Jehová y crítico del grupo, afirmó que la Declaración era un documento comprometedor que prueba "que los líderes de la Watch Tower intentaban complacer a los nazis, ya que la Declaración de hechos y la carta a Hitler estaban en muchas maneras diciendo exactamente lo que decían los propios nazis". Penton dijo que las declaraciones "antisemitas" de la Declaración sobre los judíos reflejaban el mensaje en Mein Kampf de Hitler y el ensayo de 1927 del ministro de propaganda Joseph Goebbels, Wir fordern,[17]​ así como las publicadas por el propagandista nazi Julius Streicher cuando comenzó el boicot judío.[18][19]

Penton dijo que la carta de Balzereit a Hitler que acompañaba a la Declaración era "aún más servil con el Führer y los valores nazis que la Declaración de hechos":  

Señaló, con bastante precisión, que la Sociedad Watch Tower no se había sumado a la propaganda de atrocidades sobre el trato de Alemania a los judíos, pero luego afirmó, falsamente, que la Sociedad en realidad se había opuesto. Entre otras cosas, mintió descaradamente cuando afirmó que los judíos comercialistas en los Estados Unidos se encontraban entre los "perseguidores más ávidos" de la obra y el liderazgo de la Watch Tower... luego, finalmente y de manera más impactante, respaldó específicamente las propias políticas de Hitler como se declaró en la Sección 24 de la Plataforma del Partido Nazi citando esa sección directamente.

En un artículo de cinco páginas de la ¡Despertad! en 1998, la Sociedad Watch Tower rechazó las acusaciones de que había intentado ganarse el favor del régimen de Hitler o respaldado la ideología racista de los nazis. Dijo que los Testigos no habían decorado el lugar de la asamblea con esvásticas ni cantado el himno nacional alemán. Decía:[8]

El canto de una canción sobre Sión difícilmente podría interpretarse como un esfuerzo por aplacar a los nazis. Bajo la presión de los nazis antisemitas, otras iglesias eliminaron términos hebreos como "Judá", "Jehová" y "Sión" de sus himnarios y liturgias. Los testigos de Jehová no lo hicieron. Los organizadores de la convención, entonces, ciertamente no esperaban ganarse el favor del gobierno cantando una canción que exaltaba a Sión. Posiblemente, algunos delegados se hayan mostrado reacios a cantar “La Gloriosa Esperanza de Sion”, ya que la melodía de esta composición de Haydn era la misma que la del himno nacional.

La Sociedad Watch Tower dijo que la denuncia de los "judíos comerciales" en la Declaración "claramente no se refería al pueblo judío en general, y es lamentable si se ha malinterpretado y ha dado lugar a alguna ofensa". Explicó que los testigos de Jehová rechazaron los puntos de vista antisemitas y que los "altos ideales" que compartían con los nazis eran los de los valores familiares y la libertad religiosa.[8]

El erudito religioso Gabriele Yonan, quien describió la Declaración de Hechos como una "petición", una "apelación" y un "sermón",[3]​ dijo que su texto, en el contexto de la historia de los Testigos de Jehová durante el régimen nazi, no tenía nada que ver con declaraciones antisemitas y ganarse el favor de Hitler, y agregó: "Estas acusaciones hechas por los círculos eclesiásticos de hoy son manipulaciones deliberadas y tergiversaciones históricas".[20]​ Yonan dijo que la Declaración no se dirigía a Hitler como "Fuhrer" y no concluía con las palabras "Heil Hitler", como era el caso en ese momento en la mayoría de los documentos oficiales de la iglesia dirigidos a las autoridades estatales.[21]​ Dijo que la ausencia de influencia de la terminología antisemita de la época era evidente por el libre uso de citas del Antiguo Testamento que incluye el término "Sión ' en la Declaración.[21]

Véase también

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Referencias

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  1. Penton, M.J. (1997). Apocalypse Delayed. University of Toronto Press. pp. 147–149. ISBN 978-0-8020-7973-2. 
  2. a b c d e f g 1974 Yearbook, Watch Tower Bible & Tract Society, 1974, pg 102-111.
  3. a b Penton, James (2004). Jehovah's Witnesses and the Third Reich: Sectarian Politics Under Persecution. Toronto: University of Toronto Press. pp. 57. ISBN 0-8020-8678-0. 
  4. Saarbrücker Landes Zeitung, December 16, 1929, as cited in 1974 Yearbook, Watch Tower Bible & Tract Society, 1974, pg 102: "Unfortunately the police have been powerless in doing anything about the work of the Bible Students. Arrests made up until now ... have all ended up in acquittal."
  5. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 62, 570 note 151. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  6. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 101, 82. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  7. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 87, 578 note 65. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  8. a b c d e f «Jehovah's Witnesses–Courageous in the Face of Nazi Peril». Awake!: 10-14. 8 de julio de 1998. ] Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «courageous» está definido varias veces con contenidos diferentes
  9. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 87, 579 note 67. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  10. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 90, 91. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  11. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. p. 76. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  12. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 92-99. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  13. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 111-112. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  14. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 117-118. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  15. a b c Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 87-91. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  16. Garbe, Detlef (2008). Between Resistance and Martyrdom: Jehovah's Witnesses in the Third Reich. Madison, Wisconsin: University of Wisconsin Press. pp. 580, n.77, 79. ISBN 978-0-299-20794-6. 
  17. Joseph Goebbels, Wir fordern, Der Angriff, 25 July 1927.
  18. Penton, James (2004). Jehovah's Witnesses and the Third Reich: Sectarian Politics Under Persecution. Toronto: University of Toronto Press. pp. 71–75. ISBN 0-8020-8678-0. 
  19. Audio of Phillip Adams interview with James Penton, Radio National Late Night Live, 23 August, 2005.
  20. "Am mutigsten waren immer wieder die Zeugen Jehovas." Verfolgung und Widerstand der Zeugen Jehovas im Nationalsozialismus, published by historian Hans Hesse, Bremen, 1998, page 395 see also:
  21. a b Gabriele Yonan, Persecution and Resistance of Jehovah's Witnesses During the Nazi-Regime 1933-1945, pg 340.

Enlaces externos

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