A finales del [[{{siglo|XIX]]||s}}, se sabía que los [[complejo_(química)#Consideraciones previas|compuestos de coordinación]] (antes llamados "compuestos moleculares") estaban formados por la combinación de átomos o de moléculas de modo tal que las [[valencia (química)|valencias]] de los átomos involucrados quedaban aparentemente ajustadas. En [[1893]], [[Alfred Werner]] demostró que el número de átomos o de grupos asociados con un átomo central (el llamado "[[número de coordinación]]") suele ser 4 o 6; se conocían hasta un máximo de 8 números de coordinación, pero eran menos frecuentes. En [[1904]], [[Richard Abegg]] fue uno de los primeros en ampliar el concepto de número de coordinación y comenzar a reconocer la importancia de la [[valencia (química)|valencia]] para distinguir a los átomos como donadores o receptores de electrones, lo que derivaría en la consideración de estados de valencia positiva y valencia negativa, que se asemeja mucho al concepto moderno de [[estado de oxidación]]. Abegg observó que la diferencia entre las valencias positiva y negativa máximas de un [[elemento químico]] es, según su modelo, con frecuencia de ocho.<ref>{{cita publicación