Cada vez que se le sigue el rastro, desaparece y todo vuelve a fojas cero. Así se han pasado los últimos 12 meses, tiempo en el que, a pesar de los más de 50 operativos policiales desplegados (según la policía), Vladimir Cerrón, fundador de Perú Libre y sentenciado por corrupción, ha logrado burlarse de la justicia y permanece aún en la clandestinidad.
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Una seguidilla de errores le permitieron sin mayor problemas al exgobernador de Junín ponerse a buen recaudo, ante una inminente confirmación de condena, el 6 de octubre de 2023.
Cuando la justicia llamó a su puerta, varias horas después de transmitirse en TV nacional la decisión judicial, ya era demasiado tarde. Ya había desaparecido. Desde aquella fecha, una situación que se ha convertido, ciertamente, en una constante.
Sin resultado positivo
Según información policial, se han desplegado más de 50 operativos, en Lima y distintos puntos del país, para dar con la captura del prófugo Vladimir Cerrón. Algunos trascendieron a la prensa, mientras que otros aún se mantienen en reserva. Todos, a buena cuenta, con el mismo resultado: negativo.
A fines de diciembre de 2023, la PNP se desplegó en las inmediaciones de las sedes diplomáticas de Bolivia, tras recibir información por Inteligencia de que buscaría llegar para refugiarse y pedir asilo político. La policía buscaba interceptarlo, pero no llegó.
Poco después, en el centro del país, se intervino en el fundo “Los Gochis”, ubicado en el distrito de Chacaybamba (Jauja), de propiedad de Carina Palacios, exembajadora del Perú en Bolivia y actual jefa de la Oficina de Cooperación Internacional del Congreso.
El acta que se levantó en el lugar, y que fue brindada a los que estaban en la vivienda, apareció en las redes sociales de Cerrón pocas horas después. Luego fue borrada.
Posteriormente, una de las últimas operaciones conocidas, llevada a cabo en junio pasado, apuntaba a que el exgobernador se encontraba en Huancayo. Un colaborador, identificado con el nombre clave ‘Mila’, detalló a las autoridades que estaba en el segundo piso de un inmueble en pleno centro de la ciudad, junto a su hombre de confianza Eduardo Bendezú Gutarra.
Tal como lo reveló El Comercio, la fuente ‘Mila’ detalló, incluso, que dos personas le preparaban los alimentos y le hacían recados en ese inmueble a Cerrón.
No obstante, para cuando la policía ingresó, dos —largos— días después de recibir la información, y tras desplegar fuerzas desde Lima hacia esa ciudad, solo pudo hallar a Bendezú. Fuentes de este Diario insisten en que hubo demoras en el despliegue policial.
Aun así, para la policía, esta es una de las veces en donde se estuvo más cerca de capturar al prófugo exgobernador de Junín, pues había elementos que permitirían establecer que sí estuvo en ese lugar. Días antes, se había llevado a cabo una romería en la ciudad en homenaje a su padre, Jaime Cerrón Palomino.
“Las informaciones y las corroboraciones a la data de fuente humana que recibimos, nos hicieron acertar de que estuvo en el lugar. (...) Hecha la incursión, porque hemos llevado personal desde Lima exclusivamente para hacer la intervención, esto ha sido verificado. Efectivamente, entre el 12 y el 13 de junio, Vladimir Cerrón habría estado en la vivienda. Nosotros hemos intervenido el 15″, dijo por aquellas fechas el comandante general PNP Víctor Zanabria.
Sin embargo, es cierto que también hay informaciones que apuntan a que el fundador de Perú Libre ya no estaría en Perú e, incluso, que se habría utilizado el ‘cofre’ presidencial asignado a la mandataria Dina Boluarte. El hermetismo, la falta de transparencia sobre este tema, así como los audios negados por el ministro del Interior donde se menciona este presunto apoyo, incrementaron las sospechas en ese sentido.
Lo cierto es que, desde que Cerrón pasó a la clandestinidad, ya van cuatro ministros los que han desfilado por ese sector, siendo el cuarto Juan José Santiváñez. También se cambió, sin mayor sustento, a los jefes de la PNP (Jorge Angulo) y de la DINI (Roger Arista). Los dos últimos han dejado entrever una protección a Cerrón desde el poder político.
Un equipo de la PNP fue desplegado a las inmediaciones de las sedes diplomáticas de Bolivia, tras recibir la información de que Cerrón iba a ser trasladado para refugiarse y pedir asilo. También se apostó en las embajadas de Cuba y Venezuela.
En Ticlio, se desplegó un equipo tras conocerse que el exgobernador pasaría por la zona con dirección hacia Huancayo (Junín). Inteligencia tenía la identificación del vehículo donde se trasladaría; sin embargo, nunca llegó a pasar por el lugar.
Se intervino en el fundo “Los Gochis”, ubicado en Chacaybamba (Monobamba, Jauja). La vivienda es de propiedad de Carina Palacios, exembajadora de Perú en Bolivia y actual jefa de la Oficina de Cooperación Internacional del Congreso. El acta que se levantó en el lugar, y que fue brindada a los que estaban en la vivienda, apareció en las redes sociales de Cerrón pocas horas después. Luego fue borrada.
Se realizó allanamientos en inmuebles en el distrito de Ventanilla y el Callao, hallándose en uno de ellos banderolas de Perú Libre y panfletos en defensa del exgobernador de Junín. El inmueble estaba fuertemente resguardado por varias cámaras de seguridad.
Se efectuó un operativo en el condominio Mikonos, en el kilómetro 107 de la Panamericana Sur (Cañete), en el balneario de Asia. Se recibió información de que Cerrón se encontraba en uno de los inmuebles. El condominio tiene más de 100. Tras ocho meses, y tras el escándalo por el ‘cofre’ presidencial, el alto mando de la PNP ahora niega que el exgobernador haya estado en este lugar en aquel momento.
Una fuente humana, con nombre clave ‘Mila’, dio a conocer a un agente anticorrupción de Junín que Cerrón se encontraba en un inmueble del centro de Huancayo, junto a Eduardo Bendezú, uno de sus hombres de confianza. ‘Mila’ había intentado, sin éxito, llamar al Programa de Recompensas. La información se recibió el jueves 13 y recién se intervino el inmueble el 15, en horas de la tarde, tras la llegada de fuerzas PNP de Lima. Solo se halló a Bendezú.
Un rosario judicial
Pero la condición de prófugo no le ha impedido a Cerrón el continuar con sus actividades político-partidarias. No solo enviando mensajes por redes sociales –donde se burla de la PNP y sus rivales–, sino también manteniendo contacto directo con congresistas y participando en eventos. Todo con absoluta impunidad.
Sin embargo, así como suman los días en la clandestinidad, también se van acumulando los expedientes fiscales y judiciales que pesan en su contra. Según una recopilación de este Diario, el exgobernador de Junín viene arrastrando –al menos– cerca de 20 carpetas vigentes. Casi todas por acusaciones de corrupción.
A las sentencias por el Caso La Oroya (suspendida) y Aeródromo Wanka (efectiva), se suman las investigaciones por presunto lavado de activos —donde se indagan las cuentas de Perú Libre—, así como por el presunto delito de afiliación al terrorismo y su presunto acercamiento con los Quispe Palomino.
También están los expedientes por sus actuaciones como gobernador regional de Junín. Por ejemplo, hace poco la fiscalía anticorrupción de la Selva Central formuló acusación en contra de Cerrón por el Caso Hospital Higa Arakaki (Satipo).
Se le atribuye al exgobernador colusión agravada, por lo que se pide nueve años de cárcel en su contra, así como su inhabilitación. Se le acusa de haber infringido sus deberes funcionales y “haber concertado dolosamente” con sus coacusados para declarar desierto el proceso de selección y convocar a uno nuevo para “favorecer” a particulares.
Y, este último viernes 4 de octubre, el caso que se sigue por el resguardo irregular terminó la etapa de control de acusación y quedó expedito para la convocatoria para el juicio oral. El Ministerio Público también requiere nueve años de prisión por este caso para el exgobernador.
A lo largo de este año, también ha sumado investigaciones por presunto tráfico de influencias, tras su presunta implicancia en la trama de la exfiscal de la Nación Patricia Benavides, así como por las declaraciones del exasesor Jaime Villanueva. En todos estos expedientes deberá dar la cara ni bien sea capturado.
Puntos de vista
Vladimir Cerrón en este año ha demostrado que el poder que tuvo para llevar a Pedro Castillo y a Dina Boluarte a la Presidencia no lo ha perdido con la orden de detención que un juzgado le dio hace un año. Me parece que sigue siendo, por el tipo de relación que logró establecer, un hombre muy poderoso en el país y lo está demostrando. Lo he dicho en reiteradas oportunidades y lo repito: creo que la policía tiene la capacidad de sobra para haber detenido al prófugo Vladimir Cerrón. Han habido varios momentos, que está documentado, que la policía había llegado al lugar donde estaba Cerrón muy poco después de que éste lograra fugar. Da una idea de que esto ha sido filtrado. Estoy en la opinión, como muchos, de que eso viene de muy arriba, desde la Presidencia de la República, por las razones que ella tendrá que algún día explicar de ser cierta esta hipótesis. Hay también los audios negados del ministro actual del Interior, Santiváñez, en los cuales, en distintos momentos (con una voz que, a mi juicio, no soy un perito, me parece inequívocamente del ministro) se señala claramente que él se enteró del operativo para impedir la detención del señor Cerrón y, en segundo lugar, que en otro momento, más adelante, lo tenían también cercado y lo podían detener. A mí, personalmente, todo eso me lleva a pensar que hay una intencional protección política y que la policía, en ese sentido, está siendo burlada y desprestigiada, si es que algunos de los mandos no estuviesen de acuerdo con esa lógica.
Hay varios elementos que hay que tomar en cuenta para poder explicar si existe o no existe una sospecha que es viable. Por una parte, todo este proceso de desactivación de la Diviac, que es la policía transversal, que veía muchos temas relacionados con criminalidad, al desactivarla sin duda la ha sacado del juego de la búsqueda de Cerrón. Ahí hay un primer elemento. Un segundo es que no sabemos qué cosas conoce el señor Cerrón de la señora Boluarte, y viceversa, que posiblemente podría dar cabida a la hipótesis de un encubrimiento. Lo tercero, es esta alta rotación de ministros y, sobre todo, el cambio del comandante general. Esta desestabilización institucional, obviamente, no ha jugado a favor del encuentro de Cerrón. Y, por último, hay que decir también que el actual ministro aparentemente maneja una información muy complicada para la presidenta de la República. Está todavía por corroborarse la autenticidad de los audios en el Chifa con el oficial Izquierdo; si esto se corrobora, entonces tenemos realmente una situación explosiva que, obviamente, daría con la cabeza del ministro, pero también pondría en serios aprietos a la presidenta porque ahí habría una acusación directa del uso del vehículo presidencial para proteger a Cerrón. Entonces, con todos estos elementos, existe, obviamente, una situación que favorece una hipótesis de encubrimiento real.
La reflexión que me deja es, definitivamente, que estamos ante un gobierno que está protegiendo a un colaborador, una imagen de impunidad absoluta, donde a pesar de todos los supuestos esfuerzos que se está haciendo desde que esta persona habría evadido la justicia, no puede ser capturado. Como si este tuviera los recursos necesarios de una organización criminal de gran alcance para poder evadir; más pareciera una sensación de que está siendo protegido.
Estamos ante dos situaciones combinadas. Por un lado, la ya conocida ineficiencia de los que se han hecho cargo del sector Interior, pero la ineficiencia en general; es decir, del manejo de las políticas públicas de seguridad, de control interno, que es lo que les corresponde de sobremanera. Y, por el otro lado, se ha tratado de dar una imagen de un Ministerio del Interior que eleva las recompensas, cada vez más, para la captura de Vladimir Cerrón, que estaría informando de algunos operativos para su captura. Sin embargo, más pareciera que todo se hace simplemente para la cámara. Entonces, yo diría que aquí tenemos una combinación clara de ministros que, en el aspecto político y en el aspecto técnico de su sector, no dan la talla y no conocen ni siquiera el sector. Y, desde el aspecto ya específico sobre la captura de Vladimir Cerrón, simplemente sirven para lo que se quiere, generar una imagen de que se estaría haciendo algo, pero siempre llegan tarde. Algo raro para un ministerio completo tratando de ubicarlo.