Martín  Tanaka

Uno de los problemas de nuestra comunidad es la proliferación de discursos extremistas tanto en la derecha como en la izquierda, que se basan en visiones que podríamos calificar como “paranoicas”. Cuando se percibe la existencia de un peligro radical, se le da credibilidad a discursos que descalifican y ven enemigos a los adversarios, con lo que el diálogo y la convivencia resulta imposible.

En algunos círculos de la derecha, se considera que estaríamos amenazados por la intromisión de países extranjeros que buscarían imponer una “dictadura”, siguiendo la ideología del . Países de la región con gobiernos de izquierda serían sus promotores. Peor aún, estaríamos amenazados por instituciones globales que buscarían imponer agendas progresistas reñidas con nuestra soberanía nacional. Esa agenda sería parte de una operación de “reciclaje” de antiguos comunistas. Internamente, estaríamos amenazados por organizaciones terroristas que todavía sobreviven, infiltradas en diferentes ámbitos, esperando su oportunidad para tomar el poder. Estos grupos, y sus cómplices y “tontos útiles”, controlarían las universidades, la educación pública, los medios de comunicación, el , el, los organismos electorales, por lo que correspondería una “cruzada” para sacarlos de esos espacios.

Llama la atención lo desencaminado de estos diagnósticos. Para empezar, ganan audiencia precisamente cuando la influencia de gobiernos e ideas de izquierda está más bien en franco declive en la región. Podría decirse que entre el 2005 y el 2010, con , y en el poder, con la formación del ALBA y la disponibilidad de grandes recursos asociados a precios altos del petróleo y del gas, podría tener algún fundamento la idea de políticas intervencionistas impulsadas por gobiernos de izquierda.

Hoy, gobiernos de izquierda como los de o sobreviven a duras penas, y en el liderazgo de Evo Morales está seriamente cuestionado al interior del propio MAS. Resulta paradójico que antes era la izquierda la que solía tener un discurso antiglobalizador y crítico con organismos internacionales, “acusados” de defender principios como la economía de mercado, la democracia liberal y la defensa de derechos individuales.

En lo interno, era la derecha la que solía reivindicar el logro de la derrota del terrorismo, así como mérito de las y policiales la captura de los más importantes mandos y desarticulación de los pequeños remanentes del senderismo, cuya existencia se levanta hoy sin mayor fundamento. Al mismo tiempo, se habla hoy de la amenaza de la izquierda precisamente cuando diferentes proyectos como el o han fracasado abiertamente y sus ideas y liderazgos están fuertemente desprestigiados. ¿Cómo podría tener la influencia y poder que se le atribuye?

Lo que sí debemos considerar con preocupación es la existencia en la ciudadanía de un fuerte sentimiento contrario al “sistema” percibido como excluyente, que además sataniza y agrede a sectores marginalizados. Y el discurso paranoico de sectores de derecha es el que más lo atiza y lo hace viable, en último término. Seguiré la próxima semana.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Martín Tanaka es profesor principal en la PUCP e investigador en el IEP