Fernanda Huapaya

La entrega y el sacrificio no pudieron inmunizarnos al error. Como en la segunda etapa frente a Chile, la mostró un mejor semblante ofensivo. Con un de toque más útil y un Gianluca Lapadula desgastándose por todo el frente de ataque apoyado con Edison Flores y las bandas de Andy Polo y Marcos López, fueron los últimos metros, en la finalización, aquello que terminó costándonos el partido. Como se había planteado en la previa, Canadá fue muy compacto, de transiciones rápidas y poco sutil con la pelota. Perú respondió bien, sólido atrás e intenso en el mediocampo. Si Carlos Zambrano, Alexander Callens y Miguel Araujo estuvieron acertados; mucho mejor se impuso Wilder Cartagena. Impecable para el anticipo, prolijo para la recuperación y muy claro para el primer pase en la construcción de juego. La escena parecía alentadora, hasta que en el segundo tiempo el cuadro se desdibujó por completo. Primero con la expulsión de Araujo y luego por el replanteo del entrenador que apostó por -en su defensa- lo mejor que tenía: Paolo Guerrero, André Carrillo y .

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Fue un partido difícil. Al exigente rival se sumó un complicado clima: el bochorno producto de las altas temperaturas presionó tanto como Canadá. Pese a esto, el Perú de Fossati se plantó sólido y bastante agresivo para presionar y recuperar la pelota. La intención era no dejar pensar al contrincante y la puesta en escena parecía funcionar con nota aprobatoria.

Perú estuvo sólido en defensa hasta la expulsión de Miguel Araujo. (foto:  AP)
Perú estuvo sólido en defensa hasta la expulsión de Miguel Araujo. (foto: AP)

Mejoró Quispe

Piero Quispe subió un peldaño en su proceso de asumir la conducción del cuadro patrio. Bajo riesgo de perder el duelo físico, el volante optó por más toque y menos traslado. Así es que se originaron las opciones más claras para Perú en el primer tiempo.

Funcionó mientras encontraba sociedades con Peña, Flores o Lapadula. Incluso, a casi media hora de juego, ‘Lapa’ descarga por derecha hacia ‘Orejas’, que se detiene, piensa y asiste a Quispe por izquierda. Sin embargo, el volante define con la marca encima y el portero Crepéau ataja.

Un gol anulado a Lapadula y luego otra vez Quispe y su traslado corto para ganar la falta, le daban a Perú el control del partido. El déficit, otra vez, era la finalización. Perú intentó más y mejor, aunque como en los últimos dos años, le sigue costando convertir la oportunidad en gol.

  • Los números de Quispe ante Chile
AcciónDetalle
Pases acertados18
Duelos ganados4
Duelos perdidos8
Posesión perdida de balón12
Remate al arco1

Peña no tuvo el protagonismo del segundo tiempo ante Chile ni usó mucho su virtud para el remate de larga distancia. Fue más bien ‘Orejas’ quien se mostró más activo y colaborativo para hilvanar fútbol. Eso sí, al mediocampista de Universitario le hizo falta potencia para el sprint final que desacomode a la línea defensiva canadiense.

Pese a todo, Perú se las arreglaba para plantarle partido a un equipo sólido, pero con pocas ideas en ofensiva y que apostaba más por el vértigo de las bandas y el pase largo. Pero el bochorno producto de las altas temperaturas, el estrés propio del partido y el juego brusco terminarían jugando en contra. Avisó López cuando se salvó de la roja por agresión a Jhonston. Y terminó decretándose cuando Araujo fue expulsado por una falta feroz a Shaffelburg.

No alcanza con Lapadula

El esfuerzo de Lapadula es irreprochable. Corre, patea y pelea cada pelota como si fuera la última. El problema es que ese desgaste y su muy discreto año goleador con Cagliari, lo dejan expuesto como un delantero con mucho oficio, pero poco eficiente frente al arco.

Lapadula tuvo pocas opciones claras de gol y las desaprovechó. Ya sea por poca fortuna o detalles, el delantero está lejos de a travesar su mejor rendimiento. El problema, como en varias posiciones del campo, es que pese a todo, sigue siendo la mejor opción en el puesto.

Ya en el segundo tiempo, con el marcador en contra y las piernas fundidas por el desgaste y el calor, ingresaría Paolo Guerrero, quien con poca movilidad, se las arregló para crear peligro en base a esfuerzo y mucha voluntad. Esa dinámica sin embargo, resulta compleja cuando el objetivo es lidiar con rivales de mucha exigencia. Ante Canadá, como ante Chile y Paraguay (amistoso), intentamos, sufrimos, sudamos... pero no pudimos.

El ingreso de Cueva

Con uno menos, Perú intentó recomponerse con Santamaría, Reyna y Guerrero. Pero ese ánimo de ir hacia adelante, terminó por desestabilizarnos atrás. Es así que Canadá encontró mal parado a Perú y no falló en los pies de David a los 79′. Con el marcador en contra, Fossati decidió arriesgar todo con Carrillo y Cueva. Los ingresos refrescaron el ataque. Incluso ‘Aladino’ casi logra la épica con una volea, aunque el resto de minutos se le notó muy falto de fútbol.

Fossati arriesgó demasiado. Primero porque hacer jugar a Christian Cueva implicaba reducir las posibilidades defensivas y darle más trabajo a la última línea. Segundo, porque para ‘Aladino’ pudo ser peligroso exigirse frente a un rival muy físico, esto teniendo en cuenta que la última vez que había jugado un partido oficial era hace ocho meses.

Apelar a un jugador en ese estado para salvar un partido deja varias lecturas. Que las opciones para el puesto son muy pocas y de menor rango que un futbolista con ese presente y que pelar un partido con esos cambios es producto del apuro por el resultado, antes que la convicción por lograr establecer un recambio a futuro.

El seleccionador nacional valoró positivamente el ingreso de ‘Aladino’ en el choque entre Perú y Canadá por Copa América.
El seleccionador nacional valoró positivamente el ingreso de ‘Aladino’ en el choque entre Perú y Canadá por Copa América.

Todo cuesta arriba

Hay que entenderlo y aceptarlo. Como Gareca, Fossati ha llegado para pelear por un objetivo: la clasificación al Mundial. El ‘Tigre’ encontró el éxito en el aprovechamiento máximo de una generación que tocó techo muy rápido. Al uruguayo, en cambio, le ha tocado esa misma generación en un declive natural. ¿Qué hacer entonces?

Apostar por un André Carrillo que ha perdido potencia y aparenta ser un jugador incapaz ya de sostener un ritmo alto en el partido, llama a repensar el universo de convocables. Maquillar esto con actitud y temperamento alcanza para ciertos partidos, pero no puede ser la base para tentar el éxito.

El sábado toca lidiar con Argentina, un equipo que con Lionel Messi busca repetir la gloria del título y que está bastantes peldaños arriba que Chile y Canadá. Con defender bien 89 minutos es probable que no alcance si es que, nuevamente, seguimos siendo muy nobles arriba.

¿Qué lecciones nos deja este partido? Tal vez empezar a trabajar pensando en las Eliminatorias y bajo ese proyecto, darle prioridad a figuras como el ‘Tunche’, Grimaldo, Sonne y Zanelatto. A fin de cuentas, lo que realmente interesa son los seis partidos por el Mundial que nos esperan hasta antes de fin de año.

Por ahora, toca ver el vaso medio lleno. Eso sí, el margen de error y de tiempo- a Fossati se le va acortando.