Virgilio, cuando era el 10 promesa del Deportivo Zúñiga, eterno animador de torneos de AFIM en los 90. A la derecha, el chef consagrado mundialmente que es. FOTOS: Archivo personal.
Virgilio, cuando era el 10 promesa del Deportivo Zúñiga, eterno animador de torneos de AFIM en los 90. A la derecha, el chef consagrado mundialmente que es. FOTOS: Archivo personal.
Giancarlo Aljovín

No fue central (aunque luego sería esa palabra definiría su lugar en el mundo). Corría fines de los ochenta cuando un pequeño volante por derecha de la categoría 77 del Deportivo Zúñiga causaba sensación. Era una época gris del fútbol peruano: se terminaba la generación Cubillas, Uribe y Chumpitaz, los clubes locales se manejaban por dirigentes llamados mecenas y los campos de grass -digamos, el Estadio Nacional- parecían bombardeados por una guerra. Vivíamos, además, una terrible crisis económica.

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